Columna publicada el día 27/06/2012 en el Diario El Noticiero
Después de varias semanas de
campañas, debates, escándalos y bombardeos publicitarios; el aquelarre
electoral llegará a su conclusión este fin de semana.
Pero como en toda carrera, el cierre presentó
el último “sprint” por parte de los candidatos, mismo que estuvo aderezado por
el debate organizado por la agrupación juvenil autodenominada #Yosoy132.
Dicho debate fue un ejercicio
bastante interesante por la frescura de su formato que permitió observar a los
candidatos en un debate directo con sus jóvenes interlocutores. Sin embargo,
disto en la autoproclama de los integrantes del movimiento que lo catalogaron
como “histórico”, y me permito explicar por qué en las siguientes líneas.
El debate tuvo una contradicción per se. Si el objetivo de estos chavos es la “democratización
de los medios de comunicación”, como ellos mismos lo han manifestado, ¿Por qué
no permitieron que se transmitiera por televisión si hubo ofrecimiento por
parte de televisoras?
Digo que es una contradicción debido
a que, en números absolutos, en México hay 40.6 millones de usuarios de
internet según publicó en mayo la Asociación Mexicana de Internet (AMI),
mientras que hay mas de 26 millones de hogares con televisión y con un promedio
de habitantes por hogar de mas menos 4, según el Instituto Nacional de
Estadística Y Geografía (INEGI), por lo que el universo de posibles
espectadores del debate es mucha más reducido.
Los chavos se vanaglorian de haber
logrado cien mil usuarios en Youtube, es decir, ni siquiera representó el 1% de
la audiencia del último debate organizado por el Instituto Federal Electoral
(IFE), mismo que rondó entre los 22 y 24 millones de personas, lo que aunado a la
pésima calidad de transmisión en el mencionado sitio, me orilla a preguntarme
¿cuántos en realidad pudieren ver el debate de #Yosoy132?
Otro aspecto que impidió que
trascendiera este ejercicio en toda su dimensión, fue el hecho de que solo
asistieran 3 de los 4 candidatos. La razón de la no asistencia del candidato
del PRI es justificada finalmente: no acudir a un debate organizado por un
movimiento abiertamente declarado en su contra. Dicho argumento difiere al de
López Obrador en 2006 cuando simplemente no asistió a uno de los debates
oficiales por “no perder su ventaja”.
Un movimiento social y político no
puede llamarse apartidista cuando el único objetivo a la vista es ir en contra
de un candidato legal, máxime cuando en los últimos días han aflorado inquietudes
sobre cooptación y manipulación por parte de sectores y personajes vinculados al
candidato de las izquierdas.
Para concluir
Lamentable la muerte de las personas
victimas de la volcadura de un autobús en el municipio de Taxco de Alarcón, en
Guerrero. ¿A donde iban estos pasajeros? A un mitin político del PRD-PT.
¿Cuántos accidentes, intoxicaciones y
desgracias se necesitan para acabar con estas viejas prácticas políticas de
aprovecharse del hambre e ignorancia de comunidades y colonias para obtener
dividendos políticos?
Concluyo con una frase de la novela
“La Silla del Águila” del extinto Carlos Fuentes: “La realpolitik atasca los
inodoros del mundo y en el mundo del poder tal como es, no tienes más remedio
que rendirle tributo a la madre naturaleza.”