Columna publicada en el "Diario el Noticiero" el día 13/07/2012
Ha llegado a su conclusión el
reconteo del 54% de los votos que permite la Ley Electoral y se confirma la
victoria de Enrique Peña Nieto como Presidente de la República. ¿Esto ya pone fin al conflicto post electoral?
Realmente no lo creo. A pesar de contar con uno de los sistemas electorales con
más candados en el mundo, de haber tenido representantes de la mayoría de los
partidos en prácticamente la totalidad de las casillas, de contar con presencia
de observadores electorales nacionales e internacionales, de ser la elección
mexicana mas vigilada de la historia, y de darse un computo distrital; esto
para el señor López Obrador esto no es suficiente.
¿Realmente esto debería
sorprendernos? No. La historia otorgaba suficiente materia prima para darnos
cuenta que fuese cual fuese el resultado (salvo si ganaba), el representante de
la izquierda no reconocería su derrota.
Los alegatos presentados están
carentes de fundamentos para anular una elección. Aquí algunos ejemplos:
·
Solo se vigiló el conteo de
casillas para Presidente de la República, pero cuando sería el turno de la
elección de los diputados se abandonó la reunión.
·
No se dice nada del abrumador
triunfo de Mancera en la capital del país, por lo que al ser una elección
recurrente, el supuesto fraude impactaría todas las esferas.
·
Las pruebas se basan en burdas
falsificaciones en Photoshop que rondan las redes sociales.
·
Se dice alega una supuesta compra
de votos y se usa indiscriminadamente el calificativo de fraude, estas son dos
cosas distintas.
Lo mas grave desde el punto de vista
de este servidor, es la manipulación en la que han caído nuestros valiosos
jóvenes mexicanos, muchos de ellos envueltos en la rebeldía perenne en esa
edad, viviendo en la falaz contracultura que tan bien contextualizan Joseph
Heath y Andrew Potter en su libro “Rebelarse Vende”.
Y digo que es lo más grave porque
existe un concepto en boga en el último par de años denominado bono poblacional
o bono demográfico. Acorde al Consejo Nacional de Población (CONAPO), éste se
define “como el fenómeno que se da dentro del proceso de transición demográfica
en el que la población en edad de trabajar es mayor que la dependiente (niños y
adultos mayores), y por tanto, el potencial productivo de la economía es mayor.”
México es un país de jóvenes. De
acuerdo al Censo de Población y Vivienda 2010, realizado por el Instituto
Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) la edad promedio de la población es
de 26 años, es decir, somos un país de jóvenes, por lo que nos encontramos en
un punto de la historia en que podríamos aprovechar el ya mencionado bono
poblacional.
Futuristas geopolíticos como George
Friedman ubica en su libro “Los próximos cien años” a nuestro país como una
gran potencia económica. Ojalá nuestros jóvenes se crean que esto puede
ocurrir, se preparen, participen y fortalezcan las instituciones que ya le
costaron sangre a sus abuelos.
Para finalizar
La
Organización de los Estados Americanos (OEA) declaró en voz de Pablo Gutiérrez,
director del Departamento de Cooperación Electoral y Observación, “No existe
una institución electoral tan fuerte como el IFE en Latinoamérica”. ¿Será que
sólo en México no sabemos lo que se tiene en casa?
No hay comentarios:
Publicar un comentario