domingo, 18 de marzo de 2012

Percepciones vs Hechos

Cuando pienso en los libros a los que acudo frecuentemente para releerlos o consultar algún párrafo subrayado, vienen a mi mente los títulos "Freakonomics", "Superfreakonomics", "Soccernomics", entre otros.Además de tener en común la parte final del nombre, hay otra característica homogénea entre ellos, todos hablan de hechos estadísticamente probados y que, en muchas ocasionas, contradicen la "sabiduría popular". 

¿Qué es lo que los autores de estos libros denominan "sabiduría popular"? Aquel conocimiento que se da por bueno pese a no basarse más que en percepciones o creencias populares. Y no estoy hablando de cuestiones teológicas o de supersticiones, sino del actuar diario.

Por ejemplo, en "Freakonomics", los autores demuestran como la gente no dejaría ir a sus hijos a jugar a casa de amigos de ellos cuyos padres tengan un arma en su hogar, aunque si lo harían si hay una piscina en dicha casa. La noticia es que la estadística demuestra que hay más muertes infantiles al ahogarse en una piscina que por accionar un arma accidentalmente.La vida diaria esta llena de estas situaciones.

Pero el problema no es que se tenga una percepción sobre tal o cual cosa, sino que se exteriorice y se de como un hecho, situación que se ha maximizado hoy en día con el uso de las redes sociales, lo que implica una facilidad para criticar y señalar sin mayor base que sus percepciones.

Lo peor es que cuando se les cuestiona sobre los fundamentos de sus dichos, enseguida se enarbolan en la bandera de la "libertad de expresión", como si eso se significara poder decir cualquier pavada sin sustento, cayendo en la contradicción de criticar  a veces al mismo entorno institucional que les provee dicha libertad. Cuando se les citan datos que contrastan con sus dichos no reaccionan mostrando cifras o hechos para defender su posición, sino que hacen lo más fácil, descalificar dicha fuente de información. ¿O sea que en su mundo bizarro tiene más peso la percepción personal que las cifras concretas?

Se puede decir que quienes son los protagonistas de tales situaciones, son en realidad personas cuyos comentarios no tienen un peso específico, pero lo grave del asunto es que varios personajes como periodistas, políticos, académicos y servidores públicos caen en este juego, muchas veces cegados por su falta de objetividad al estar en búsqueda de un hueso, "quedar bien", conservar "la chamba", o simplemente por ser fanáticos exacerbados.  

Como siempre lo he dicho, ninguna palabra resiste la fría estocada de la espada del dato duro.