sábado, 4 de mayo de 2013

Notas sobre educación

Uno de mis autores favoritos en cuanto a temas contemporáneos es Andrés Oppenheimer, ya que sus aportaciones en términos de educación basadas en sus viajes e investigaciones son, sin duda, enriquecedoras.



Una de sus investigaciones es que en promedio los días de clases que el año escolar tiene  en Japón es de 243, 220 en Corea del Sur, 216 en Israel, 200 en Holanda, 200 en Tailandia y 180 en Estados Unidos, en los países latinoamericanos el año escolar —cuando se incluyen los días feriados, los “puentes” y las huelgas de maestros— suele ser de 160 días.

Una experiencia que ha platicado Oppenheimer de forma reiterada en sus conferencias, es que en una ocasión le tocó visitar algunas escuelas Chinas, y para su sorpresa era prácticamente de noche y seguían los chicos en clase (de inglés por cierto), contándole el director del centro escolar que los alumnos entraban desde las 7 de la mañana, es decir, se pasaban todo el día en la escuela.

Sabemos que la apuesta de China es por la educación, misma que podría remontarse desde la revolución educativa del mismo Mao. Japón y Corea no se quedan atrás. En EUA, entre sus actividades normales y extracurriculares para pelear por un lugar en el College, los alumnos se la pasan todo el día en la escuela.

Según el documento sobre educación (Education at a Glance © OECD 2011) los estudiantes de países que obtuvieron buenos resultados en la prueba PISA invierten más tiempo en clases regulares y menos en clases después de la escuela al compararlos con los de países que tuvieron peores resultados. Al ver los resultados de diferentes países también se observó que los estudiantes que invierten un mayor porcentaje del tiempo de aprendizaje (clases regulares, clases después de horas regulares y estudio individual) en  un salón de clases durante las horas normales de escuela tienen resultados mejores.

¿Por qué saco esto a colación? Bueno, es que me ha llamado la atención que de manera sistemática, los maestros han manifestado estar en contra de las escuelas de tiempo completo, arguyendo que lo que quieren los padres es una guardería para sus hijos.

Es innegable que en actual ritmo de vida donde ambos padres deben trabajar, si resulta ventajoso tener una escuela de tiempo completo, pero tomando en cuenta los estándares de tiempo escuela en los países de mayor desarrollo y nivel educativo (variables en las que está demostrado la existencia de una correlación positiva) ésta también es benéfica para la educación.

La verdadera causal de que el maestro no esté de acuerdo con esta tendencia, se debe a que el cambio implicaría que trabajaran ocho horas al día (como la mayoría de los trabajadores del país) en lugar de las cuatro horas actuales y por lo tanto ya no podrían "dobletear" la plaza, con el mismo efecto en el sueldo, ya que la compensación por trabajar en una escuela de tiempo completo será menor a trabajar en dos escuelas.

El maestro tiene razón en el sentido de que a nadie nos gusta que nos recorten el sueldo, pero también es sabido que es un gremio que por cuenta con más privilegios que el resto de las profesiones del país. ¿Valdria la pena el sacrificio?